lunes, 30 de marzo de 2009

Cuando me amé de verdad...

Cuando me amé de verdad, comprendí que en cualquier circunstancia yo estaba en el lugar correcto...en la hora correcta...en el momento exacto...Entonces, me relaje...hoy sé que eso tiene nombre: AUTOESTIMA.

Cuando me amé de verdad, deje de desear que mi vida fuese distinta y comencé a ver que todo lo que sucede, contribuye a mi crecimiento. Hoy, a eso le llamo: MADUREZ.

Cuando me amé de verdad, entendí como es ofensivo forzar alguna situación o alguien, solo para realizar mis deseos, aun sabiendo que no es el momento, o la persona no esta preparada; incluso yo mismo. Hoy sé que el nombre a esto es: RESPETO.

Cuando me amé de verdad, comencé a despojarme de lo que no fuera saludable... personas tareas y cualquier cosa que me desanimara. En principio, mi razón me llamo la atención acerca de esa actitud egoísta. Hoy sé que se llama: AMOR PROPIO.

Cuando me amé de verdad, deje de temerle a mi tiempo libre y de hacer grandes planes. Abandone proyectos a muy largo plazo. Hoy, hago lo que considero correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo. Hoy sé que eso es: SIMPLICIDAD.

Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y con eso cometí menos errores. Hoy, descubrí la: HUMILDAD.

Cuando me amé de verdad, deje de revivir el pasado y de preocuparme por el futuro. Ahora me mantengo en el presente, que es donde la vida realmente ocurre. Hoy, vivo un día a la vez...Eso es: PLENITUD.

Cuando me amen de verdad, entendí que mi mente puede perturbarme. Pero cuando la coloco al servicio del corazón, se gana una enorme y valiosa aliada. Todo eso es: SABER VIVIR.